Solo es una pequeña Visita, para matar la monotomia...

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Calma y tranquilidad era lo que se podía apreciar en aquella ciudad. Nadie pudiese haber imaginado que ante las narices de aquellas personas débiles y sin poder alguno, seres con grandes poderes harían su aparición. El cielo comenzó a resquebrajarse anunciando que algo sucedería, una línea dentada resquebrajándose se comenzó a abrir, en su interior se podían apreciar 2 figuras.

La sonrisa de Mía era evidente, estaba emocionada cual pequeña. A su lado estaba aquel espada tan serio y que le observaba. La arrancar emergió de aquel portal, mirando a sus pies aquella ciudad tan calma. Coloco su diestra sobre su cadera y giro su rostro par observar a su acompañante.

-No te parece mejor esta visión, que la del domo en las noches…- murmuro y nuevamente fijo su mirada hacia la ciudad.

Mensajes : 15 Fecha de inscripción : 11/11/2010

Mientras se tranportaba por aquel lugar cosunmido por la oscuridad pensaba en las cosas que podrian, fuese lo que fuese seria mejor que estar en ese lugar solos y aburridos, al final del camino se abrio frente a nosotros una brecha la cual nos hiso ver la luz de nuevo, los dos seres extraños en ese mundo dieron sus primeros vistazos a aquella ciudad pacifica que no sabia lo se les aproximaba, todo era diferentea huecomundo, aqui habia demasiada vida e iluminacion, la segunda espada, mi compañera en este pequeño viaje fue la primera en salir de la abertura que habiamos creado en el cielo de aquella ciudad llena de paz y tranquilidad o almenos aparentaba eso, era facil notar su emocion po estar en ese lugar, de pronto se giro a mi su cabeza y volvio a pronunciar unas palabras a las cual les puse atencion peor sin dejar de mirar la ciudad
Si... claramentese ve la diferencia entre la noches y este lugar
Un paso a la vez sali de aquella abertura que habiamos hecho hasta llegar al lado de la segunda espada, poniendo mis manos en los bolsillos tal cual era mi comtumbre mencione unas palabras comenzando a desender
Vamos Mia-san, bajemos para ver que hallamos de importante

Invitado

Romper con la monótona vida que llevaban por ahora en Hueco Mundo, seria fácil, lo difícil seria que llegaran a interrumpirles aquel “Paseo”. Una ligera oleada de viento se dejo sentir, meciendo sus cabellos y amenazando con subir su corta falta ante esto llevo una de sus manos a esta para evitar que aquello sucediese. La garganta que estaba a espaldas de ellos se cerró después de que el 4to en Fuerzas de Hueco Mundo saliera de esta. Su compañero respondió ante el comentario realizado, a lo cual la espada sonrió y le vio posicionarse al lado de ella.

-Entonces vayamos…- Comento mientras alcanzaba a Ulquiorra el cual comenzaba a descender. Cada vez más cerca de aquella ciudad. Quizá podría conseguir algunas de esas paletas que tanto le gustaban.

La inquietud la comenzaba a inundar y sentía que descendían muy lentamente, ante esto la chica se acerco al espada y le sujeto del brazo izquierdo, pasando su brazo derecho sobre y jalándolo hacia la ciudad para que apresuraran el paso.

Mensajes : 15 Fecha de inscripción : 11/11/2010

Mientras empezaba a desender miles de pensamientos cruzaban por mi mente, sobre que poder hacer en este lugar tan diferente de donde veniamos, la vida era exageradamente abundante, nclusive desde la altura donde aparecimos la segunda espada y yo se podia ver la multitud de gente caminando por la calle sin darse cuenta de los nuevos seres que acababan de llegar hasta la ciudad, de pronto mientras desencia sentia la mano de mia pasando sobre mi brazo y apurandome un poco a bajar, parecia que tenia prisa, la impaciencia en ella se mostraba mas fuerte que la que yo sentia, mientras seguiamos bajando la mire un poco diciendole
Al parecer tienes un lugar o algo en mente ¿no es asi?
Lo decia mientras terminabamos de bajar parandonos en la azotea de un edificio alto, con el panorama de la gran ciudad frente a nosotros

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Las calles lucían un tanto bulliciosas, los niños correteando por el lugar, los automóviles presurosos para ir a sus destino, tan despistadas lucían aquellas personas, tan insignificantes eran sus almas que no podían notar a aquel par de arrancars que llegaban a la azotea de aquel edificio. Mía comenzó a buscar con la mirada un sitio en especial mientras soltaba el brazo de Ulquiorra.

-No tengo un lugar en mente…- Sonrió mientras decía eso, lo que ella tenia en mente era poder conseguir un par de paletas de caramelo que tanto le gustaban, después de eso, ya pensaría en algo que hacer o un lugar concreto a donde ir.

Aquel pensamiento que tenia la espada podría parecer un tanto banal o simple glotonería, pero pocas veces iba a aquel y disfrutaba de las cosas que para un ser de su naturaleza era innecesario, y que a pesar de ello le resultaba placentero.

Mensajes : 15 Fecha de inscripción : 11/11/2010

Al caer en la azotea de ese gran edificio, busque grandes presencias, ya habia encontrada varias, pero al parecer no tendrias intencciones de venir eso nos ahorraria una batalla innecesaria y no nos harian matarlos tan rapido, de pronto la segunda espada me solto del brazo mientras respondia a la pregunta que le habia hecho mientras desendiamos desde el lugar donde nos dejo la garganta, cerrando los ojos conteste
Ya veo
De la nada empeze a caminar hasta llegar a la orilla de aquel edificio en la ciudad de karakura, abriendo los ojos y mirando hacia abajo, viendo todas aquellas personas seguir con sus vidas normales
Mia-san, sigame por favor
Usando el sonido, desapareci de la orilla del edificio hasta una cera justo debajo de aquel edificio en el que nos encontrabamos en la cima hace unos poco segundos, me detuve un poco esperando a la segunda espada

Invitado

Seguía observando las calles buscando lo que ella necesitaba. El estaba se mantenía serio como siempre. Pude observar como comenzó a caminar sobre la orilla de aquel edificio, quizá él si tenia en mente algo para hacer o en que entretenerse en aquel mundo. Su tono de voz se mostraba sereno pese a que yo no tenia idea alguna de que hacer. De nueva cuenta unas palabras de aquel espada me hicieron girar a mirarlo, mientras le miraba descender.

-“Al parecer planea algo…”- Mentó para si misma. –Hai…- Y de un sonido se desplazo hasta alcanzarlo, posándose sobre una cerca, no muy retirada de donde el se encontraba. -¿Sucede algo Ulquiorra san?...- Pregunto mientras le observaba, era un poco difícil apreciar las reacciones de alguien tan serio como el, y saber que estaba pensando era un reto.

Le miraba seria, esperando alguna contestación por parte de él o que simplemente siguiera su camino y ella iría detrás de él.

Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 11/12/2010

En el horizonte el sol comenzaba a ponerse y claramente se podía observar como el cielo se tornaba rojizo, una escena bella para cualquiera que apreciara el arte, no había pasado demasiado tiempo desde que aquel travieso capitán había llegado al mundo humano, escapándose de sus deberes como todo un rebelde, supuso que no tendría mucho tiempo para divertirse antes de que lo comenzaran a buscar y lo encontrasen, para aprovechar su tiempo en el lugar se poso en el edificio más alto que pudo encontrar, se acostó boca abajo justo en la orilla y comenzó a observar todo lo que pasaba debajo del, analizando el comportamiento de los humanos, el cual pocas veces entendía, hubo en especial un acontecimiento que le llamo la atención, pudo notar a un pequeño niño, de no más de 7 años llorando sin consuelo en una banqueta, al parecer gritaba algunas palabras pero debido a la distancia no las distinguía bien; intento concentrarse un poco más en aquel incidente, ignorando por completo el ruido que generaban las ves, el viento, incluso las demás personas que se encontraban cercanas al lugar, pero fue inútil, aun en el licencio de su enfoque, no lograba escuchar ni un pequeño murmuro de aquel niño, simplemente alcanzo a distinguir en sus labios unas palabras sin sentido -Madre…..Solo…..Por favor- pasados pocos segundos el panorama cambio, una extravagante mujer de un físico para envidiar apareció en la escena, cargando al niño entre sus brazos, a lo cual este correspondió de la misma manera. Ese acontecimiento aclaro todo lo que ahí había ocurrido, era el típico comportamiento humano: Cuando el hijo de alguna persona lo desobedecía de alguna manera, seria susceptible a un castigo, uno de los más populares era el que acababa de suceder, haciendo creer al niño que se le dejara solo en la calle.
Volteándose mirando al cielo intensamente, Fernos dio un profundo suspiro, murmurando algo para sí mismo -Humanos… Son tan tontos e inocen…-
Antes de que terminara su frase una fuerte punzada en su pecho se hizo notar, por mero instinto se levanto en un parpadeo poniéndose de pie mirando el horizonte en todas direcciones intentando al parecer encontrar algo, finalmente encontró lo que buscaba, lamentaba tener razón, aquella punzada fría no era más que una advertencia de que dos gigantescos reiatsus habían aparecido repentinamente. Su mirada permanecía fija en el horizonte, donde a lo lejos se alcanzaban a distinguir dos figuras que comenzaban lentamente a descender sobre un edificio. No había más tiempo para libertinaje, era hora de trabajar pensó, tomando carrera y saltando de edificio en edificio hasta llegar al lugar de los hechos, al darse cuenta aquellos seres desconocidos para el ya no se encontraban en el techo, miro a su alrededor y finalmente los pudo observar caminando por las calles del lugar, antes de hacer alguna locura debía analizar su situación, por lo que lentamente bajo de el edificio colocándose a espaldas de aquellos humanoides, ambos poseían una mirada seria y fría a la vez, por lo que con la mano derecha tomo la empuñadura de su zampakutoh y con un leve respiro abrió su boca para decirles unas palabras: -Espero que no piensen hacer travesuras, ya que si lo hacen os eliminare-aquellas fuertes palabras fueron seguridad de una leve sonrisa, el tono en el que les había hablado era un tono amable, quizá parecería extraño para esas criaturas, pero nada era seguro.

Mensajes : 15 Fecha de inscripción : 11/11/2010

Al tiempo de aparecer en la calle del edificio en el que nos encontrabamos en la azotea hace unos segudos, la segunda espada hiso caso a mi llamado y se puso aun lado de mi, habia notado un reatsu cercano al nuestro, era facil saber que se trataba de un shinigami, algo mas, no era solo un simple shinigami era el reatsu de un capitan, al parecer ya se habian dado cuenta de nuestra presencia, pero todo eso fue evadido por la pregunta de mi mia a la que mirando hacia el frente conteste
Tenemos compañia
Despues de decir eso voltie hacia donde se encontraba aquella presencia, era mas devil que la de nosotros talvez el habia intentado bajar su nivel de reatsu para no ser detectado, pero era imposible devido a una de mis habilidades como arrancar y a que al ser capitan poseia un nivel de reatsu mayor a de los shinigamis promedio, aquel capitan se dejo de escondites hablo a nosotros mencionando unas palabras que no me hagradaron en lo mas minimo no importa el tono en que lo haya hecho asi que cerrando los ojos le mencione con mis palabras
¿Eliminarnos?, ¿alguien como tu?
Despues de decir eso abri los ojos mirandolo fijamente y viendo lo que pronto seria un cadaver de capitan, di unos pasos adelante hacia el shinigami como señal para mia que yo solo podria contra el

Mensajes : 15 Fecha de inscripción : 11/11/2010

Aquel capitan parecia estar inmovil, no parecia tener intenciones de pelear o era lo suficientemente inteligente para notar que el solo no podria pelear contra dos espadas, una pelea de esa clase no me interesaria para nada, asi que optaria por asesinar al capitan lo mas pronto posible, pero, al momento reaccione y senti que ya habiamos pasado mucho tiempo aqui y si habia un capitan aqui podria haber mas shinigamis que nos harian pasar un rato de mal gusto asi que dandole la espalda y caminando hacia mia abri una garganta por la cual paso tanto ella como yo, me voltie mire al capitan con una mirada fria y sin interes
No tenemos tiempo de jugar
Despues de eso la garganta se cerro mientras nosotros nos guiabamos hacia nuestro hogar en hueco mundo

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